La verdad sobre mi vida es que no soy una niña rica y mucho menos puedo viajar siempre que yo quiero, por lo que debo de planear mucho tiempo antes la mayoría de mi viajes y dejar todo listo en el trabajo antes de partir.
La época de pre-vacaciones es lo peor, debo de trabajar horas extras, mucho estrés por dejar todos mis pendientes listos y el cansancio al mil.
Días antes de salir me siento prisionera del trabajo, lo que me motiva es que una vez iniciadas las vacaciones puedo mi celular en modo avión y entonces si adiós pre vacaciones odiosas.
Esta entrada es solo un desahogo de lo que me toca vivir cada que se avecina un viaje, aunque me comienzo a acostumbrar, es difícil lograr el equilibrio cuando uno es workholic y tripholic a la vez 😛