Visitar Perú, pero en especial Cuzco y Machupicchu, te permite sentir que estás cruzando el universo, te permite soñar despierto, ser parte de un cuadro con un paisaje casi irreal.
Te obliga a esforzarte y aprovechar hasta tu última gota de energía a cambio de una experiencia que se graba en el alma, te hace perder la noción del tiempo y el espacio.
Tu capacidad de asombro simplemente se rinde al saber que cada día habrá algo mejor que lo del día anterior.
Pronto procesaré todo lo vivido y compartiré las fotografías que sólo proyectan una fracción de lo increíble que fue estar en ese lugar.
Perú es un sueño hecho realidad.